jueves, 26 de junio de 2014

Sintonía Fina - 60' una cuestión de Familia.


Tiempos modernos, Familia y Egos .

Separaciones, familias rotas e hijos desmotivados.


La vida se desarrolla en torno a los lugares y las personas con las que mas nos relacionamos.

Si se toman el tiempo de medirlo, en los tiempos actuales donde en la gran mayoría de los casos, ambos integrantes de la pareja trabajan, nos relacionamos principalmente con la gente con la cual trabajamos, verán que  con suerte, disponemos de poco mas de una hora (60'), al día para relacionarnos  y construir una relación que soporte a la familia.


Así que si no hacemos algo " a propósito", es normal que se pierda el contacto con la pareja, la relación se empobrezca y ello termine afectando negativamente a  la familia.

¿Qué hacemos? 



Procurar que los pocos minutos que estamos juntos, sean de calidad !!

No discutir por banalidades!, pensar en el bien común y no solo en lo que me gusta a mi
o lo que yo quiero. 
Cariño y mucha piel!

Generar mas minutos únicos!, robarle minutos al resto de las actividades principalmente en horarios lucidos.
Trabajar menos!, Intimar mas!, trabajemos para vivir y no vivamos para trabajar!, recordemos que nuestros hijos valorarán infinitamente mas tener dos papás felices y juntos que ir al mejor colegio, tener los mejores objetos y/o visitar lugares exóticos.

Para lo anterior debemos condicionar nuestro "Sentido de realización" a logros y realizaciones comunes, 

"con el otro", por y para "nosotros"

En resumen  - bajarle el volumen al "YO" y subirle al "NOSOTROS" , es decir  debemos hacer "sintonía fina" con nuestro EGO.

Claro, la premisa de todo esto es "QUERER" o mas bien yo diría "AMAR"

Después de lo antedicho a mi por lo menos me queda mas que claro que continuar en pareja compartir la vida y generar el soporte familiar con una persona con la cual casi no nos vemos, implica una vez mas una utopía, una locura propia de la especie humana, tal cual y así es el AMOR!. ¿Será por eso que solo algunos locos queramos seguir intentándolo?

La importancia del tiempo - Cartas a Lucilio - Carta 1 de Lucio Anneo SENECA

Séneca a su Lucilio saluda,
Actúa así, Lucilio, reivindícate a ti mismo y también al tiempo del que hasta ahora fuiste despojado, desposeído o que te fuera escamoteado: reconquístalo y presérvalo.
Convéncete que es tal como lo escribo: el tiempo nos es a veces arrebatado con violencia, otras usurpado, a veces simplemente se evanesce. Ignominiosa es sin embargo tal dilución cuando acontece por pura negligencia.
Presta atención: gran parte de nuestra existencia transcurre o bien mediocremente vivida, o directamente no vivida, o de tal manera vivida que ni siquiera merece llamarse vida.
¿Quién puedes mencionar, capaz de poner un precio al tiempo, de evaluar el día, quién que comprenda que con cada día en parte muere?
En esto justamente nos equivocamos burdamente: en la percepción de la muerte como un acontecimiento sólo del futuro. Gran parte de ella se encuentra ya tras de nosotros: cualquiera de nuestras épocas pasadas, es la muerte quien ya las posee.
Condúcete entonces, Lucilio, como me lo manifiestas en tus escritos: amalgámate con cada una de tus horas, depende menos del mañana para tomar en tus manos el presente. Mientras la diferimos, la vida pasa.
Todo lo demás, ¡Oh Lucilio! nos es ajeno: sólo el tiempo, objeto tan fugaz como esquivo, es nuestro. Es la única posesión con la que la naturaleza nos invistió. ¡Y sin embargo toleramos a quienquiera desposeernos del mismo!
Pero tanta es la necedad de los mortales, que nos sentimos en deuda frente a aquellos de quienes obtenemos cosas insignificantes y fútiles, sin duda substituibles. Pero nadie a quien se le consagra tiempo se estima estar en deuda, cuando no obstante beneficia del único bien que ni el más agradecido podrá restituir nunca.
Te preguntas quizás lo que conmigo mismo acontece, yo que estos preceptos propugno. Te lo digo sin reparos: si bien vivo entre los fastuosos, soy diligente y llevo debida cuenta de mis gastos. No puedo decir que no pierda nada, pero sea lo que sea que pierda, puedo dar cuenta de su cuantía y de la razón de mi pobreza. Me acontece empero lo que a tantos otros que, sin culpa, cayeron en la indigencia: todos perdonan, nadie socorre.
¿Y entonces qué? No considero pobre aquel de alguna manera es aún capaz de gozar de lo poco que le queda. Pero en cuanto a ti, prefiero que te ocupes de ti mismo y que comiences en buena hora.
En efecto, tal como solían decir nuestros mayores: "extemporáneo es el ahorro cuando ya se tocó fondo". El último resto no sólo es lo mínimo sino también lo peor.
Que sigas bien.